lunes, 11 de junio de 2012

6. Portada

La niñez en los tiempos del Franquismo


Valeria Lorena Cabedo y Belinda Solsona

Esperamos que os guste nuestro trabajo.



1. Los juegos populares y tradicionales


Los niños y la niñas cuando acababan el colegio o el trabajo, en su tiempo libre, jugaban a muchos juegos que les habían enseñado sus familiares.
A estos juegos podía jugar cualquier niño ya que el material que se necesitaba era muy sencillo de encontrar. Jugaban hasta con prendas de vestir.

Todos los niños y niñas no podían tener juguetes comprados porque la situación económica de sus familias no les permitía comprarlos. Entonces, ellos mismos o sus padres los fabricaban con lo que tenían.
En sus ratos libres, los chicos jugaban en la calle al tres en raya, a hacer casas o corrales con trozos de platos y cántaros para cerrar a los animalitos, a cartas, a la morra, a birles, a lanzar piedras a un conejo alejado y acertar, a romper ollas con un palo teniendo los ojos cerrados, etc.
Y las chicas, también en la calle, jugaban a la abuela, a hacer cocinitas, a saltar a la comba, etc.
Como la mayoría de ellas no disponían de muñecas las hacían ellas mismas con calabazas que vestían con ropa. A veces convertían la calabaza, añadiendo bastoncillos y palitos, en un caballo o toro, y así jugaban.

Grupo de niños jugando a la Guerra Civil.








Hecho por Belinda y Valeria.

2. Los juguetes

Algunos juguetes de los años 30:


 










Algunos otros de los 40:









 




Otros de los años 50:











Otros de los 60:








Y, por último, de los años 70:











Hecho por Valeria.





martes, 29 de mayo de 2012

5. Conclusiones de nuestro trabajo


Durante el proceso de elaboración de nuestro trabajo, hemos observado que hubieron dos etapas durante el Franquismo:

La primera, que es la de la infancia de nuestros abuelos, a causa de los problemas sociales y el estancamiento económico que se sufría, la infancia de los niños fue mucho más pobre y dura que actualmente. Muchos niños no pudieron asistir a la escuela porque tenían que ayudar a sus padres en la economía familiar.
Los niños tenían escasos juguetes propios, ya que en esa época tener juguetes en casa era cosa de ricos. Así que jugaban con juguetes hechos por ellos con materiales que encontraban, o en la calle, creando sus propios juegos, como por ejemplo las sillas, la comba, etc. Tenían tanta imaginación que hasta se hacían ellos mismos sus cromos usando la monedas pisadas y aplastadas por el tren. La creación de todos estos juegos les servía para entretenerse y sociabilizarse.

La segunda etapa, que perteneció a la infancia de nuestros padres, fue una etapa de gran crecimiento económico, progreso y acelerada transformación social.
Los niños pudieron asistir más a la escuela.
Seguían jugando en las calles a los diferentes juegos tradicionales, aunque la mayoría de las familias ya se podían permitir comprar algunos, pero escasos juguetes a sus hijos en ocasiones especiales. Estos niños tenían mucho aprecio a sus juguetes, y les daban un cuidado excepcional. Además de los juegos tradicionales y los juguetes, los pequeños ya pudieron entretenerse también con los dibujos animados y los programas infantiles de televisión.


sábado, 12 de mayo de 2012

4.5. Entrevista a Matilde Celades

Me llamo Matilde Celades. Yo nací en Castellón, el día 20 de enero de 1966.
Durante mi infancia yo viví feliz, porque, por la edad que tenía, era ajena a todos los problemas que se sufrían.
La relación con mi familia siempre fue muy buena. Mis abuelos maternos también vivían con nosotros, y unos de mis tíos vivían en un piso debajo de nosotros. A mis otros abuelos y al resto de mis tíos, que vivían en una masía de Atzaneta del Maestrazgo llamada '' Els Canalisos'', los veía muy de vez en cuando, cuando teníamos que subir allí para trabajar algo de tierra. 
Yo no tuve hermanos.
Opino que en aquellos tiempos sí se le daba bastante importancia a los estudios. Puede que no se le diera tanta importancia como ahora, pero yo nunca tuve ningún problema con mis estudios, he estudiado lo que he querido.
El ambiente dentro de la escuela donde yo estudié era bueno y normal, pero los profesores eran mucho más estrictos que ahora, y tenían la mano un poco larga. Como mi escuela era pequeña, en una misma clase podían haber niños de dos o tres cursos diferentes.
A mis 15 años, al terminar un curso de EGB, empecé a trabajar, ayudando a una modista a llevar a la ropa a la tienda donde la vendían. Actualmente soy profesora de corte y confección.
Cuando tenía algún rato libre, salía a jugar con mis amigas a la calle, porque vivíamos en un grupo pequeño de las afueras y era seguro salir allí. También solía jugar con mis primos.
Mi primer juguete fue una muñeca llamada Alejandra. Recuerdo que era rosa, y yo le tenía mucho cariño. La tuve hasta los 15 años, y siempre fue mi preferida. 
En la calle, con mis amigas, jugaba a la comba, a la goma, al escondite, etc. Eran juegos a los que podíamos jugar todas juntas en la calle. 
Como mi padre criaba conejos y gallinas, de vez en cuando mataba a alguno de estos y ya teníamos cena. Teníamos una dieta bastante variada, pero no tan rica como ahora.
En aquellos tiempos el estilo de vestir era un poco diferente al de ahora. Se llevaban pantalones, camisetas, faldas, vestiditos... lo que se podía. Sin duda, yo no tenía tanta ropa como ahora tienen las jovencitas. Entonces tenía un vestido para las fiestas, un par de pantalones y dos camisas para el día a día, no mucho más. De zapatos, solo tenía dos pares: unos para diario y los otros eran para ponérmelos con mi vestido.
Prendas como el vestido y las camisas me las hizo mi tía, que era modista; los pantalones me los compraban.
En mis años de niñez, las chicas y los chicos recibían distintas responsabilidades. A las niñas nos enseñaban a cocinar, a coser, a cuidar a los bebés y a mantener la casa limpia y ordenada. A los niños les enseñaban a ser unos ''manitas'': algo de mecánica, fontanería, ebanistería, etc.
Y los juguetes tampoco eran los mismos. Las niñas teníamos muñecas y jugábamos a la cocinitas, mientas que los niños tenían balones, canicas, chapas, etc.

Matilde a los siete años en el campo con sus familiares (Matilde se encuentra la primera empezando por la derecha)  en  1973.





Hecho por Valeria.

martes, 8 de mayo de 2012

1.1. La gallinita ciega


Se trata de un juego clásico al que todos hemos jugado alguna vez. 

Se jugaba en un terreno llano y sin obstáculos, para evitar caídas. Los jugadores formaban un corro, todos menos uno, y este se colocaba en el centro del corro y hacía de gallinita ciega colocándose un pañuelo sobre los ojos. 
Se sorteaba entre los jugadores quién haría de gallinita ciega. Para empezar a jugar, los jugadores le preguntaban a la gallinita: "Gallinita ciega, ¿qué se te ha perdido?" A lo que la gallinita respondía: "Una aguja y un dedal". Entonces el resto de jugadores le respondían: "Da tres vueltecitas y los encontrarás". El jugador que hacía de gallinita ciega daba tres vueltas sobre él mismo mientras el resto de jugadores cantaban: "Una, dos y tres". Después la gallinita ciega avanzaba con los brazos extendidos intentando tocar a alguno de los otros jugadores, y cuando lo conseguía, debía adivinar quién era al que había pillado tocándole el pelo, la cabeza, la cara y las manos. Luego decía el nombre del jugador que creía que era y si acertaba, se cambiaban los puestos, y si no acertaba, el resto de jugadores le gritaban que había fallado, siguiendo el juego hasta que acertara.
   
Otras formas de jugar eran:

-Una vez vendado el jugador que hacía de gallinita ciega, los demás se daban la mano y lo encerraban formando un corro, mientras cantaban la canción. En un momento dado la gallinita ciega gritaba: "¡Alto!", y todos se paraban y quedaban en silencio. La gallinita ciega señalaba con el dedo en una dirección y el jugador señalado entraba en el corro e intentaba no ser tocado por la gallinita ciega.Cuando ésta conseguía rozar al jugador que había dentro del corro, éste quedaba quieto y la gallinita ciega intentaba adivinar quién era, para lo que podía tocarle la cara o hacerle preguntas para reconocer su voz.

-Esta variante se llamaba la gallinita ciega de los siete pasos. La gallinita ciega quedaba quieta en el centro del terreno de juego y con los ojos vendados. Los demás se movían libremente por el terreno y a una voz de la gallinita ciega, todos quedaban quietos. Entonces, la gallinita ciega podía dar hasta siete pasos en la dirección que quisiera. Si en esos siete pasos conseguía tocar a alguien, intentaba averiguar quién era.

-Otra variante es la gallinita ciega con cojín. La gallinita ciega llevaba un cojín en las manos y los demás jugadores estaban sentados en sillas y repartidos por el terreno de juego. La gallinita avanzaba muy despacio hasta que rozaba o tocaba a algún jugador. Entonces la gallinita ciega apoyaba el cojín sobre las rodillas del jugador que había encontrado sentado en la silla y se sentaba sobre él. A continuación la gallinita ciega decía "Habla, habla gallinita" y el otro jugador gritaba: "¡Quiquiriquí!", cambiando la voz para que no lo reconociera. La gallinita ciega podía dar también otras órdenes, cambiando el animal ("Habla, habla gatito", o "Habla, habla perrito", o bien "Habla, habla trompeta", etc).
 

 
  
Hecho por Valeria.

4.4. María Belinda

Mi nombre es María Belinda. Nací el 13 de septiembre de mil novecientos cincuenta y uno en el Grao de Castellón.
Mi infancia por lo que recuerdo no fue muy mala, sino que viví momentos muy felices con mis familiares y amigos.
No tenia mucho tiempo para jugar porque tenia que ayudar a mi madre a las tareas de la casa ya que eramos tres hermanos y ella no podia con todo y además, mi padre se iva a trabajar mucho tiempo fuera porque era marinero.
Yo me llevaba muy bien con mis padres y con mis hermanos tambiés, como era la pequeña todos me cuidaban mucho.
Tengo dos hermanos, Angel, que es el más mayor, es solo de parte de mi padre porque desgraciadamente la primera mujer de mi padre falleció. Con él siempre me he llevado muy bien, recuerdo que cuando era pequeña y alguna noche de tormenta que tenia miedo venia a mi cama y me contaba cuentos muy divertidos para sacarme una sonrisa.
Mi otro hermano se llama Javier que también es mayor que yo. Recuerdo que siempre nos pinchabamos mucho, siempre discutiamos por todo, pero en realidad nos queriamos muchisimo, lo haciamos por diversión. Siempre acababamos riéndonos.
No teníamos dinero por eso tampoco teníamos juguetes. Pero nosotros nos hacíamos los nuestros caseros y era más divertido.
Una vez para mi cumpleaños, me regalaron una muñeca de cartón preciosa. Tuve la mala suerte de que un día me la deje en la calle y justamente llovió. Aún recuerdo el disgusto que cogí.
Cuando ya era mś mayorcita, para ayudar a mantener la casa, mientras mis hermanos trabajaban en el puerto yo iba a limpiar casas de gente con dinero. Siempre me trataban genial, me daban galletas y dulces para merendar y me hacían regalos.

Hecho por Belinda.

domingo, 29 de abril de 2012

1.2. La comba

Se trataba de un juego al que se podía jugar sólo o en grupo. Jugaban mayoritariamente las niñas.
Para jugar, los niños utilizaban una cuerda. Si jugaba un niño sólo, utilizaba una cuerda con la suficiente medida para poder saltar sobre ella. Pero si eran varios niños los que jugaban, entonces la cuerda tenía que ser más larga.
Si se jugaba sólo, se agarraba cada extremo de la cuerda con una mano y se volteaba sobre el jugador para saltar la cuerda cuando pasaba por los pies. Este movimiento se repetía tantas veces como tiempo durara la canción que se cantaba. El salto podía ser sobre un solo pie, bien el derecho o bien el izquierdo, y se mantenía la otra pierna flexionada; también podía hacerse alternando el pie sobre el que se saltaba o bien con los dos pies juntos, que era la forma más sencilla.
Si saltaban dos, se podían colocar uno frente al otro y saltar al mismo tiempo; o bien uno al lado del otro y cada uno sujetaba un extremo de la comba.
Si se jugaba en grupo, se sorteaba entre los jugadores a los dos que tenían que agarrar la cuerda por los extremos. Podían saltar al mismo tiempo dos, tres, cuatro, o tantos como cupieran. Cuando uno de los que saltaban pisaba la comba sin querer y la detenía, cambiaba su puesto con uno de los jugadores de los extremos. Ganaba el jugador que saltaba sin detener la comba mientras duraba la canción.
En este juego, las variantes venían dadas por la canción y sus acciones. Unas de las muchas canciones que se utilizaban en este juego eran:
A,B,C,D,E,F,G,H,I,J,K,L,M,N,Ñ,O,P,Q,R,S,T,U,V,W,X,Y,Z:
 
En la letra donde un jugador se equivocase al saltar, por ejemplo la C, el jugador tenía que decir un nombre que empezara por esa letra y que estuviera en el juego, por ejemplo Carlos. El jugador que saltaba empezaba a saltar de nuevo cantando "Carlos y Ana se quieren casar. Que sí, que no, que sí, que no,... Y así continuaba saltando hasta el final.

Al pasar la barca:

Al pasar la barca,
me dijo el barquero:
las niñas bonitas
no pagan dinero.

Al volver la barca
me volvió a decir:
las niñas bonitas
no pagan aquí.

Yo no soy bonita
ni lo quiero ser.
Las niñas bonitas
se echan a perder.

Como soy tan fea
yo lo pagaré.
Arriba la barca
de Santa Isabel.



Tengo una muñeca vestida de azul:

Tengo una muñeca 

vestida de azul,

con su camisita 

y su canesú.

La saqué a paseo 

se me constipó. 

La tengo en la cama 

con mucho dolor. 

Esta mañanita 

me dijo el doctor 

que le dé jarabe 

con un tenedor. 

Dos y dos son cuatro, 

cuatro y dos son seis, 

seis y dos son ocho 

y ocho dieciséis. 

Y ocho veinticuatro 

y ocho treinta y dos. 

Ánimas benditas, 

me arrodillo yo. 

Tengo una muñeca 

vestida de azul, 

zapatitos blancos 

y gorro de tul. 

La llevé a pasear 

se me constipó. 

La tengo en la cama 

con un gran dolor. 

Dos más dos son cuatro,

cuatro y dos son seis, 

seis y dos son ocho 

y ocho dieciséis. 

Y ocho veinticuatro 

y ocho treinta y dos. 

Estas son las cuentas 

que he sacado yo.


Más canciones:
El cocherito Leré; Rey, Rey; A pasar; Al pasar la barca; La Coz; Arroz con leche; El reloj; Los Chinitos; Colección; Una, dos y tres, Ancas, Palancas, y muchas otras más.
 
Pero no sólo se podía jugar a la comba rodándola, también habían otros juegos de comba a los que se jugaba moviendo la comba de diferente manera. Por ejemplo, La serpiente: Consistía en un juego de comba en el que ésta se colocaba casi en el suelo. A continuación los niños que agarraban los extremos de la comba la movían haciendo zigzag, y con este movimiento creaban unas ondas en la comba que hacían la forma de una serpiente. Entonces los demás niños tenían que intentar cruzar la comba sin tocarla.
 
 
 
Niñas jugando a la comba, en los años 30
 
 




Hecho por Valeria
 

1.3. A la sillita de la reina


Los niños jugaban a este juego por grupos. Cada grupo lo componían tres jugadores, dos que formaban la silla agarrándose el brazo izquierdo con su brazo derecho y con su brazo izquierdo cogían el brazo derecho del compañero, y el otro compañero que no formaba la silla era la reina. La reina se sentaba en la silla que habían formado sus compañeros y se agarraba con sus brazos a los hombros de estos.

Este juego podía jugarse haciendo carreras por grupos, o también, simplemente, balanceando a la reina en la sillita mientras se cantaban canciones.

Mientras jugaban, los niños cantaban una de estas canciones:

Canción 1:

A la sillita de la reina

que nunca se peina.

Un día se peinó

y cuatro pelos se quitó.

Uno, dos, tres, cuatro.



Canción 2:

A la sillita va la niña

con su vara y su mantilla.

A la sillita va el señor

con su puro y su bastón.



Canción 3:

A la sillita de la reina

que nunca se peina.

Un día se peinó

y al suelo se cayó.





Niñas pequeñitas jugando a A la sillita de la reina, en los años 40. 
          









Hecho por Valeria








martes, 17 de abril de 2012

4.3. Entrevista a Juan José

Mi nombre en Juan José. Nací el treinta de mayo de mil novecientos cuarenta y seis en el Grao de Castellón.
Yo recuerdo mi infancia como una época muy feliz, aunque cuando acababa el colegio siempre me iba a ayudar a mi padre con su trabajo en el puerto.
Recuerdo que un día en clase Don Luís, mi profesor de matemáticas, nos puso a todos los alumnos en fila y nos iba preguntando cosas, quien no le respondía bien le pegaba con una regla en la yema de los dedos. Otro día, nos castigó a casi todos aguantando libros con las manos.
La relación con mis padres era muy buena, nos llevábamos todos muy bien.
Tengo un hermano y una hermana. Mi hermano Tomás, que es el mayor de los tres, también ayudaba a la economia familiar trabajando en el puerto. Ahora sigue con el mismo trabajo pero se ha ido a vivir a Almería con su mujer y sus hijos. Mi hermana Gloria, la más pequeña de todos, no trabajó nunca fuera de casa, sino que ayudaba a mi madre en las labores de casa. Ella conoció a un chico de Andalucía en el puerto y se fue a vivir con él a Almería también.
Como mi padre ya había fallecido y mi madre ya era viejecita se la llevó con ella.
Aunque no estamos juntos, mis hermanos y yo hablamos mucho por teléfono y a menudo nos vemos.
Por desgracia cuando yo tenía 12 años falleció mi padre. Nos hacía falta dinero y entonces dejé la escuela y me puse a trabajar todo el tiempo en el puerto.
Recuerdo que acababa muy cansado la jornada pero aún así iba a casa comía un poco y me iba a jugar con mis amigos a churro y a un juego que no me acuerdo exactamente del nombre pero recuerdo que íbamos a la vía del tren de mercancías del puerto y cuando veíamos que venía el tren poníamos una moneda, así el tren la aplastaba y teníamos como cromos que luego nos intercambiábamos.
En cuanto a la alimentación, comíamos de todo.Mi hermano y yo traíamos pescado del puerto, las verduras las cultivábamos nosotros y teníamos carne gracias a los animales que criábamos.

Hecho por Belinda.

lunes, 16 de abril de 2012

0. Introducción

El régimen político que se estableció en España al final de la Guerra Civil se caracterizó por la institucionalización de una dictadura con rasgos fascistas y por el predominio de las viejas clases dominantes. Además, la figura del dictador, el general Francisco Franco, presidió el período de forma omnipresente.

A lo largo de casi cuarenta años (1939-1975), el franquismo permaneció inalterable en sus principios básicos: concentración de poderes en manos del dictador, ausencia de Constitución, de sufragio y de partidos políticos, así como negación de las libertades individuales y colectivas y de los derechos democráticos. Su única "legitimidad" proveía del hecho de haber ganado la Guerra Civil.

Ahora bien, durante esta época se produjeron cambios importantes en la estructura socioeconómica. De una primera etapa de estancamiento económico durante la posguerra (1939-1959), se pasó a una segunda de fuerte crecimiento económico y acelerada transformación social (1959-1973).

Todos estos cambios afectaron a la infanciade los niños del franquismo, durante la primera etapa los niños jugaban a juegos tradicionales ya que no tenían dinero pero en la segunda etapa ya habían niños que se podían comprar juguetes, pero solo lo hacían los ricos.


En este trabajo vamos a mencionar y explicar varios juegos tradicionales a los que jugaban nuestres abuelos y padres. También vamos a intentar explicar los dibujos animados y algunar de las muñecas que tenían las niñas ricas de la época.

Para poder explicar todo esto mejor haremos entrevistas a gente que conocemos que vivió durante el franquismo para que nos cuenten sus recuerdos y nos digan como  vivieron esa etapa de su vida.


Hecho por Belinda.

jueves, 22 de marzo de 2012

4.2. Entrevista a Josefa Castillo Bou

Mi nombre es Josefa Castillo Bou. Nací en Villahermosa del Río, el día nueve de mayo de 1931.
Durante mi infancia, viví en una masía de mi pueblo. 
No recuerdo haber pasado una infancia muy dura, pero, cuando llegó la Guerra Civil no se puede decir que fuera muy feliz. Recuerdo una vez que mi padre pidió permiso a los soldados para pasar cerca de ellos porque teníamos que trabajar. Los soldados nos concedieron el permiso, y entonces, mientras trabajábamos, a mi madre y a mi, accidentalmente, nos pasó una bala muy de cerca y casi nos hieren.
Respecto a la relación con mis padres, era una relación buena, pero la mayoría del tiempo lo pasaba con mi abuela. 
Tuve dos hermanos: una hermana llamada Isabel y un hermano llamado Luis. Yo era la más pequeña de los tres. Nos llevábamos muy bien.
Cuando yo era pequeña muchos niños no iban a la escuela, pero otros pocos, como yo, tuvimos la suerte de poder ir a un edificio donde nosotros, los alumnos, nos reuníamos con el profesor. Yo empecé el cole a los 9 años y llegué a aprender a sumar, a leer y a escribir.
Cuando llegábamos a la escuela nos poníamos de frente a un cuadro de la Virgen María y decíamos ave María purísima. A continuación rezábamos el rosario, y después colgábamos una bandera de España en la ventana. Más tarde cantábamos el Cara al Sol. Y al final de todo esto estudiábamos.
Éramos aproximádamente ocho niños en el aula.
Después teníamos un ratito de recreo, y allí jugábamos juntos al corro de la patata, al churro media manga mangotero, etc.
Yo empecé a trabajar a los siete años como pastora y lo fui hasta los diez y nueve años.
Si acababa mis quehaceres y tenía algún tiempo libre, solía ayudar a mis padres con su trabajo. Pero algunos domingos mis amigas y yo bajábamos a la plaza del pueblo y, en una casa cerca de allí, hacían bailes, y allí conocíamos nuevas amistades, y también en ese lugar conocí a mi marido.
Yo no tuve nunca ningún juguete, pero me divertía mucho bordando telas con hilos de colores y creando formas de flores en mis bordados. 
En mi familia solíamos comer muy variado, y nuestra comida habitual era la que nosotros mismos cultivábamos  (alubias, patatas, nabos, calabazas, coles...) Pero también, en ocasiones comíamos carne de cerdo, fideos y gachas.
No teníamos casi ropa, y la que teníamos nos la hacíamos nosotras, entre mi madre, mi hermana y yo. Pero solo en las fiestas de San Bartolomé, todas las chicas estrenábamos vestido ese día, porque eran las fiestas más famosas del pueblo.
En mi época de niñez, nosotras las niñas ayudábamos a nuestras madres con las tareas domésticas, mientras que los niños salían a echar una mano a sus padres en el trabajo de la tierra.


Hecho por Valeria.

miércoles, 21 de marzo de 2012

4. Entrevistas

A continuación vamos a poner las entrevistas que hemos estado haciendo a nuestros familiares y amigos que vivieron durante el franquismo y nos han querido contar un poquito de sus vidas y sus recuerdos de la infancia.

Hecho por Belinda.

1.4. A la zapatilla por detrás

Organización:

Los jugadores echan a suertes el que paga. Los demás se sientan todos en círculo mirando hacia dentro.

Material:

Para este juego solo e necesita una zapatilla.

Juego:

Una vez que están todos en círculo, el que la lleva, con la zapatilla en la mano, dando vueltas al círculo canta:
 
A la zapatilla por detrás, tris-tras.
Ni la ves ni la verás, tris-tras.
Mirar para arriba, que caen judías.
Mirar para abajo, que caen garbanzos.
¡A callar, a callar, que el diablo va a pasar!

Al terminar la canción, los que están en el círculo cierran los ojos y cuentan hasta diez. Mientras, el que paga, tiene que dejar la zapatilla detrás de alguno de los jugadores sin que nadie lo note ni le vea.

Al llegar a diez, los jugadores llegan detrás de ellos y el que encuentra la zapatilla la coge y sale corriendo detrás del que pagaba. Si lo alcanza antes de dar tres vueltas y le da con la zapatilla, el pillado se la vuelve a quedar; si no lo alcanza, el que lleva la zapatilla será el que pagará en el próximo juego.




Hecho por Belinda.






martes, 20 de marzo de 2012

1.5. Las sillas

Organización:

Entre 4 y 12 jugadores.

Materiales:

tantas sillas como jugadores hay menos una. Si es posible música, o si no puede ser, una persona que cante o toque palmas.

Juegos:

-Se colocan las sillas en circulo.
-Cuando suena la música todos los jugadores bailan alrededor  de las sillas,sin tocarlas y sin adelantarse los unos a los otros.
-Cuando la música o las palmas paren, los jugadores tendrán que sentarse cada uno en una silla.
-El jugador que no consiga sentarse en la silla quedará eliminado, y acompañará a la persona que para la música o toca las palmas.
-Cada vez que se inicia el juego se quita una silla, hasta que solo quede una silla y dos jugadores.
-Gana el jugador que consiga sentarse en la última silla.

Hecho por Belinda

1.6. Churro

Organización:

-Todos los jugadores se dividen a partes iguales en don grupos.
-Uno de los equipos se coloca formando una fila, el primero de pie y contra la pared y el resto agachado de tal forma que mete la cabeza entre las piernas de el compañero de delante y se coge fuerte a las piernas.
-Mientras tanto, el otro equipo se coloca en fila detrás del equipo agachado.

Juego:

1.El juego comienza cuando el equipo que está detrás, de uno en uno, saltan lo más lejos posible, por encima de los jugadores agachados, de tal forma que no pueden tocar el suelo con ninguna parte del pueblo. Si pasa el juego termina.

2.Cuando todos los jugadores han saltado y están encima de las espaldas del equipo agachado, el que está de pie, tocándose la mano,el antebrazo o el brazo, pregunta a los jugadores agachados: "¿Churro, media manga o mangotero? (hay un jugador que tiene que responder que es elegido antes de enpezar el juego). Si los de abajo no aciertan o se caen antes de contestar, vuelven a perder y el juego comienza con los mismos papeles. Pero si aciertan los papeles se cambian y le toca al otro equipo agacharse.

Hecho por Belinda.


sábado, 3 de marzo de 2012

4.1. Entrevista a Benito Cabedo Garcia

Me llamo Benito Cabedo Garcia. Nací en Villahermosa del río el día 30 de enero de 1930. Debido a la escasez de recursos que sufríamos en mi familia, nunca tuve la oportunidad de ir a la escuela. Actualmente, a mis ochenta y un años, como estoy jubilado me dedico a trabajar mis tierras, en las que cultivo almendros, naranjos, etc.
 Viví una infancia muy dura, sobretodo por la escasez de alimentos que sufrimos todos en aquellos tiempos. Pero aún así, recuerdo mi infancia con nostalgia y no podría decir que fui infeliz en aquel tiempo.
 En mi familia éramos ocho hermanos, y siempre nos llevábamos bien entre nosotros. 
Nuestros padres eran muy estrictos con nosotros, pero siempre mantuvimos una buena relación, aunque nunca nos dieran mucho cariño.
 En aquellos difíciles tiempos no se le daba mucha importancia a los estudios, por no decir ninguna. 
Teníamos que empezar a trabajar lo más pronto posible para poder llevar algo de dinero a casa.
 Yo empecé a trabajar a los siete años como pastor de un rebaño de ovejas.
 No tenia apenas tiempo libre, pero los domingos por la mañana íbamos algunos hermanos andando hasta la plaza del pueblo, y allí siempre encontrábamos amigos. 
 Mi primer juguete, y uno de los pocos que tuve, fue una pelota hecha de trapos, que compartía con mis hermanos.
También jugábamos al escondite, a las cartas, etc.
 Respecto a la comida, mi madre hacía el pan cuando había trigo. También comíamos huevos de nuestras gallinas y, en diciembre, en la matanza, comíamos carne de cerdo. E incluso, durante el año podíamos comer alguna oveja.
 Teníamos muy poca ropa. Todos los hermanos vestíamos las prendas hechas de retales que nos fabricaba nuestra madre.
Entre los hermanos, éramos siete chicos y una sola chica, la más pequeña. Ella se ocupaba de ayudar a nuestra madre con las tareas domésticas, mientras que nosotros salíamos a trabajar fuera para traer dinero a casa.



   
Ermita del Bartolo, en Villahermosa del Río. 
Años 30.











Hecho por Valeria.